Boda en Castell de Sant Marçal

Realizar una boda en el Castell de Sant Marçal es una opción de ensueño para cualquier pareja que desee recordar siempre su día especial. Consiste en un espacio con amplios jardines que los novios pueden decorar como deseen y obtener los más bonitos paisajes.

Si pudiera resumir una boda en el Castell de Sant Marçal, sería en una fiesta que no termina nunca. Momentos perfectos para inmortalizar y una unión que perdurará en el tiempo. Es una experiencia única e inolvidable, con la cual compartir con amigos y familiares.

¿Cómo fue la boda en el Castell de Sant Marçal?

El Castell de Sant Marcal es un espacio que ha sido reconocido durante años como el idóneo para celebrar momentos especiales como bodas, bautizos e incluso un logro empresarial.

Como fotógrafa de bodas, ya había realizado un par de fotos en esta localidad, por lo que conocía los mejores ángulos para las fotos, el contraste de colores que me permitirían una buena toma y a todo aquello con lo que contaba para brindar fotos de calidad.

Conocer a esta hermosa pareja, que decidió realizar su boda en Castell de Sant Marcal, fue una experiencia muy agradable. Son dos hombres muy agradables que sabían que no querían una boda común, sino algo inolvidable para todos los asistentes y para ellos mismos.

Cuando nos conocimos, fue un flechazo inmediato donde comenzamos a intercambiar todas nuestras ideas y los resultados que podríamos obtener con todas y cada una de ellas, por lo que puedo decirles que terminé por primera vez en un lavabo.

El día de la boda en Castell de Sant Marçal pude encontrar infinidades de flores hermosas, pues los novios contaron con una gran decoradora, Andrea, donde no podías mirar a un lado sin toparte con colores hermosos de flores y adornos.

Contamos con la mejor música en vivo que, además de ser una sorpresa para uno de los novios (que quedó encantado), supo brindar distintos momentos especiales en toda la velada, y con los géneros más variados y a gusto de todos allí presentes.

Con esta música pudimos bailar hasta la madrugada, una variedad de estilos musicales en base al gusto de ambos novios. Asimismo, no pudo faltar Madonna en el evento y los mariachis que nos tuvieron bailando hasta altas horas de la madrugada.

Y aunque fue una boda especial en todo momento, debo destacar un elemento particular que en todos mis años de fotógrafa no había visto antes; los novios decidieron contar con una ilustradora en todo momento, desde el inicio hasta el final.

No solo iban a contar con mis fotos de regreso, sino que iban a contar con dibujos de los más especiales momentos de la boda. Esta artista se llamaba Karin Schlieche y en casa se tomaba el tiempo de pintarlos.

Sin duda, fueron dibujos que, acompañado de mis fotografías, iban a ser el más especial regalo de bodas. Esta boda en el Castell de Sant Marçal fue un día inolvidable para todos los asistentes y claro los novios.